La Asociación Acción Ciudadana, organizó el martes pasado una charla sobre la aplicación de la Ley de Dependencia en la Comunidad Valenciana. En la misma, Llanos Rodríguez, Trabajadora Social y miembro de la Plataforma de la Ley de Dependencia hizo una exposición detallada sobre el procedimiento para acceder a los servicios y prestaciones que esta Ley reconoce como un derecho. Por su parte, Manuel Martínez, portavoz de la Asc. Acción Ciudadana, destacó la Ley como un hito histórico para nuestro sistema de bienestar social pero que la situación en nuestra Comunidad, es un claro ejemplo de maltrato por parte de la Generalitat Valenciana a las personas dependientes y sus cuidadores/as, así como los desalentadores resultados en su aplicación, que sitúan a la Comunidad Valenciana a la cola del conjunto del Estado. Asimismo, Martínez, señaló, que el Gobierno de la Generalitat está incumpliendo los plazos, poniendo trabas a los/as ciudadanos/as en una clara estrategia de hacer decaer al ciudadano en su intención de solicitar el cumplimiento de un derecho. En cuanto a las transferencias del Estado para financiar la Ley, los miembros de la mesa afirmaron que se han producido, en la medida que la Generalitat ha cumplido el requisito legal de justificar la asignación de recursos de la Ley, y que los retrasos ocasionados por la Generalitat es un síntoma evidente de que la atención a las personas y familias no es una prioridad del Gobierno autonómico, a la vez que dichas transferencias se han dedicado, primordialmente a financiar estancias en residencias de personas que ya estaban siendo atendidas, principalmente en plazas residenciales concertadas con la empresa privada, que deberían correr a cargo del presupuesto autonómico de Servicios Sociales, y así poder dedicar los presupuestos propios a otros fines más llamativos. Los asistentes también echaron en falta una mayor asunción de responsabilidad del Ayuntamiento de San Vicente a la hora de posicionarse a favor de los/as ciudadanos/as e instar al Consell al desarrollo de la Ley.
Al acto acudieron representantes de colectivos de la localidad, como asociaciones de vecinos, miembros del grupo municipal socialista, con su portavoz al frente, Rufino Selva, que se solidarizaron públicamente con esta causa, a la vez que mostraron su total apoyo a esta nueva asociación, que sin duda, dará que hablar.
jueves, 12 de marzo de 2009
viernes, 12 de diciembre de 2008
Tan duros de oído como de mollera
EMILIO SOLER Del tenor roncalés y navarro Julián Gayarre se cuenta una anécdota bien significativa sobre su carácter y su pérdida de facultades cuando la edad y la enfermedad no perdonaban: Aseguran que se encontraba al final de su carrera interpretando una de sus romanzas favoritas en el último acto de "L'elisir d'amore". Gayarre, que había cantado la famosa "Furtiva lacrima" centenares de veces, con la garganta forzada por el cáncer de laringe que ya asomaba, bajó considerablemente el tono de su voz. El público de las últimas filas comenzó a sisear y uno de sus figurantes, soplándole por lo bajinis, le espetó: "Maestro, que dicen los del final que no le oyenÉ". Y Gayarre, todo carácter recordando viejos tiempos en que debía enfadarse con las cabras del rebaño que como pastor debía cuidar, no se cortó nada y exclamó: "Pues que se acerquen".
Los problemas del público operístico con Julián Gayarre parecen calcados del que tenemos los valencianos con el titular de Bienestar Social -parece increíble el nombre de la Conselleria pero les aseguro que es bien cierto-, el sordo Juan Cotino. Ni las quejas de los miles de usuarios que no han sido valorados y a los que, por supuesto, no les ha sido aplicado el Plan de Atención Individualizada y por lo tanto siguen a la espera de un milagro para que sus carencias físicas o psíquicas sean reconocidas por un Consell que tan sólo piensa en obras faraónicas, sirven para nada. Juan Cotino hace caso omiso, también, a las manifestaciones que reclaman su atención a las puertas del Palau de la Generalitat, un edificio que pagamos entre todos, al igual que el suntuoso sueldo que cobran sus gerifaltes, incluido el de su pío presidente y factótum del conseller, el molt honorable Camps, personaje curioso que, a pesar de la incapacidad manifiesta de su protegido político no ha dudado en elevarlo a las cotas de vicepresidente social de ese gobierno que hace oídos sordos al tumulto popular de miles de personas.
Por si faltara algo, a la dureza de oído del conseller y sus amigos, los presupuestos que ha preparado el Partido Popular de esta Comunidad plena de auditorios de ópera medio vacíos, circuitos de F1 recién inaugurados y atenazados por la crisis económica o Grandes Proyectos, así, con mayúsculas en Castellón, Valencia y Alicante pertenecientes a patronatos, fundaciones e institutos que dejan sus cuentas más opacas que un muro de hormigón, se une la dureza de alguna parte de su cuerpo serrano. Las enmiendas que se han hecho a sí mismos los gobernantes peperos que sufrimos hace ya largo tiempo en este Levante feliz indican que se han recortado más de un 60% las ayudas para las familias de esos dependientes y que esas cantidades, desaparecidas como por arte de magia, de magia negra, han trasladado los dichosos fondos a las residencias que se ocupan de nuestros discapacitados, dependientes o mayores. Con una parte del rostro sumamente dura, como su oído, el conseller y vice de lo que la derecha valenciana llama Bienestar Social, ha decidido eliminar de un plumazo lo recibido del Gobierno central para atención de esos dependientes y no ha dudado, insisto, en llevarla al capítulo que debe incrementar las cuentas de las residencias, especialmente las privadas, claro, y en las que al decir, el señor Cotino y su familia tienen algún interés que otro según una vox pópuli que, con toda seguridad, anda tan de falsete como aquel Gayarre... Las cifras en esta provincia son apabullantes: el 6% de la capital alicantina, 65.205 personas, son discapacitadas. Y entre ellos, más de 27.000 son dependientes totales y más de 15.000 dependientes severos. El responsable de ese desaguisado, el de la cosa del Bienestar, ha sido torero antes que fraile. Tras su paso por una concejalía del Ayuntamiento de Valencia, su amigo Aznar le nombró director general de la Policía, con el escaso éxito al que este político nos tiene acostumbrado. Más tarde, tras su merecido cese, Cotino ejerció la Conselleria de Agricultura, donde cosechó, nunca mejor dicho, graves discrepancias con sindicatos y patronales agrarias. Como quiera que este personaje lo mismo sirve para un roto que para un descosido, su benefactor Camps le nombró responsable de Bienestar Social, cargo al que últimamente le ha sumado el de vicepresidente del Consell. Casi nada para ser tan duro de oído. O, a lo mejor, por eso.
Finalmente, hartos de estar hartos, los familiares de los dependientes, los sindicatos, los partidos políticos, las diversas asociaciones creadas ante el desamparo de este gobierno valenciano que se empeña en olvidarse de los más necesitados, han tocado a rebato. Para el sábado, 13 de diciembre, pasado mañana, a las 12 horas, se ha convocado una manifestación frente al Ayuntamiento de Alicante, la penúltima porque seguirán sin escuchar ya que son duros de oído y de lo otro, para protestar contra la inaplicación por parte del Consell de la Ley de Dependencia. Después de dos años de la aprobación por parte del Gobierno de Zapatero, esa ley en el País Valenciano se encuentra paralizada. No se han resuelto ni mucho menos las solicitudes de todos los grandes dependientes y de más de un tercio de los dependientes severos de Alicante, Valencia y Castellón. Ante la desfachatez de esos políticos que gastan el dinero público en obras fastuosas y rentables tan sólo para unos pocos, los ciudadanos debemos sentirnos solidarios con los más desfavorecidos, demandar que atiendan sus peticiones que son las de todos nosotros, y, por si nos tocara la Lotería, que está al caer, que se vayan a su casa toda esa pandilla de incapaces políticos. Cotino y Camps, los primeros. Aunque, saben, Font de Mora, por aquello de la Educación, también podría acompañarlesÉ
Emilio Soler es profesor de Historia Moderna.
Los problemas del público operístico con Julián Gayarre parecen calcados del que tenemos los valencianos con el titular de Bienestar Social -parece increíble el nombre de la Conselleria pero les aseguro que es bien cierto-, el sordo Juan Cotino. Ni las quejas de los miles de usuarios que no han sido valorados y a los que, por supuesto, no les ha sido aplicado el Plan de Atención Individualizada y por lo tanto siguen a la espera de un milagro para que sus carencias físicas o psíquicas sean reconocidas por un Consell que tan sólo piensa en obras faraónicas, sirven para nada. Juan Cotino hace caso omiso, también, a las manifestaciones que reclaman su atención a las puertas del Palau de la Generalitat, un edificio que pagamos entre todos, al igual que el suntuoso sueldo que cobran sus gerifaltes, incluido el de su pío presidente y factótum del conseller, el molt honorable Camps, personaje curioso que, a pesar de la incapacidad manifiesta de su protegido político no ha dudado en elevarlo a las cotas de vicepresidente social de ese gobierno que hace oídos sordos al tumulto popular de miles de personas.
Por si faltara algo, a la dureza de oído del conseller y sus amigos, los presupuestos que ha preparado el Partido Popular de esta Comunidad plena de auditorios de ópera medio vacíos, circuitos de F1 recién inaugurados y atenazados por la crisis económica o Grandes Proyectos, así, con mayúsculas en Castellón, Valencia y Alicante pertenecientes a patronatos, fundaciones e institutos que dejan sus cuentas más opacas que un muro de hormigón, se une la dureza de alguna parte de su cuerpo serrano. Las enmiendas que se han hecho a sí mismos los gobernantes peperos que sufrimos hace ya largo tiempo en este Levante feliz indican que se han recortado más de un 60% las ayudas para las familias de esos dependientes y que esas cantidades, desaparecidas como por arte de magia, de magia negra, han trasladado los dichosos fondos a las residencias que se ocupan de nuestros discapacitados, dependientes o mayores. Con una parte del rostro sumamente dura, como su oído, el conseller y vice de lo que la derecha valenciana llama Bienestar Social, ha decidido eliminar de un plumazo lo recibido del Gobierno central para atención de esos dependientes y no ha dudado, insisto, en llevarla al capítulo que debe incrementar las cuentas de las residencias, especialmente las privadas, claro, y en las que al decir, el señor Cotino y su familia tienen algún interés que otro según una vox pópuli que, con toda seguridad, anda tan de falsete como aquel Gayarre... Las cifras en esta provincia son apabullantes: el 6% de la capital alicantina, 65.205 personas, son discapacitadas. Y entre ellos, más de 27.000 son dependientes totales y más de 15.000 dependientes severos. El responsable de ese desaguisado, el de la cosa del Bienestar, ha sido torero antes que fraile. Tras su paso por una concejalía del Ayuntamiento de Valencia, su amigo Aznar le nombró director general de la Policía, con el escaso éxito al que este político nos tiene acostumbrado. Más tarde, tras su merecido cese, Cotino ejerció la Conselleria de Agricultura, donde cosechó, nunca mejor dicho, graves discrepancias con sindicatos y patronales agrarias. Como quiera que este personaje lo mismo sirve para un roto que para un descosido, su benefactor Camps le nombró responsable de Bienestar Social, cargo al que últimamente le ha sumado el de vicepresidente del Consell. Casi nada para ser tan duro de oído. O, a lo mejor, por eso.
Finalmente, hartos de estar hartos, los familiares de los dependientes, los sindicatos, los partidos políticos, las diversas asociaciones creadas ante el desamparo de este gobierno valenciano que se empeña en olvidarse de los más necesitados, han tocado a rebato. Para el sábado, 13 de diciembre, pasado mañana, a las 12 horas, se ha convocado una manifestación frente al Ayuntamiento de Alicante, la penúltima porque seguirán sin escuchar ya que son duros de oído y de lo otro, para protestar contra la inaplicación por parte del Consell de la Ley de Dependencia. Después de dos años de la aprobación por parte del Gobierno de Zapatero, esa ley en el País Valenciano se encuentra paralizada. No se han resuelto ni mucho menos las solicitudes de todos los grandes dependientes y de más de un tercio de los dependientes severos de Alicante, Valencia y Castellón. Ante la desfachatez de esos políticos que gastan el dinero público en obras fastuosas y rentables tan sólo para unos pocos, los ciudadanos debemos sentirnos solidarios con los más desfavorecidos, demandar que atiendan sus peticiones que son las de todos nosotros, y, por si nos tocara la Lotería, que está al caer, que se vayan a su casa toda esa pandilla de incapaces políticos. Cotino y Camps, los primeros. Aunque, saben, Font de Mora, por aquello de la Educación, también podría acompañarlesÉ
Emilio Soler es profesor de Historia Moderna.
jueves, 6 de noviembre de 2008
El Republicanismo Cívico de Philip Pettit
El filósofo y politólogo irlandés propone un sistema político de “checks and balances” (controles y equilibrios) al estilo federalista, no al francés
La segunda mitad de julio ha sido intensa para Philip Pettit a su paso por España: cursos en El Escorial y conferencias en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. El autor de Republicanismo ha adquirido fama en el país porque el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, lo considera uno de sus referentes ideológicos. Pero, ¿cuál es la ideología que propone este profesor de Teoría Política y Filosofía en Princetown, EEUU?
“Republicanismo”: propugna que las personas son ciudadanos, no súbditos, y que por lo tanto nadie tiene derecho a decidir sobre la vida o libertad de otra persona
El Estado tiene el poder, precisamente para evitar que unos fuertes tomen como súbditos a unos débiles. ¿Pero quién limita el poder del Estado para que no sea despótico? Pues los medios de comunicación libres, la transparencia informativa y los ciudadanos a través de movimientos sociales y organizaciones, que se dejan oír en los medios de comunicación.
Es importante que el Estado garantice y promueva la libertad e independencia de los medios y también de las asociaciones y ONGs, que haya voces discordantes. Serán los mecanismos de control al poder. La TV, la prensa, ha de ser monitorizada por entes independientes, los mandatos de los directores de la TV no han de coincidir con los cambios de gobierno. Las instituciones públicas han de recoger “el sentir de la otra parte”.
La tradición republicanista es el federalismo, no el jacobinismo francés. La idea de Rousseau (tomada de absolutistas como Bodin o Hobbes) de que hay una voz monolítica del pueblo soberano es desastrosa: la voz del pueblo es plural, son muchas voces que deben poder expresarse, y el poder ha de tender a estar dividido, siempre en un proceso de control y equilibrio.
El republicanismo no es incompatible con la monarquía: Rousseau acertaba al decir que una monarquía en la que el Rey se somete a la ley y hay un Estado de Derecho debe ser llamada república. Lo importante es la libertad, y libertad es no ser súbdito de nadie.
El Maquiavelo de los Discursos (no el de El príncipe), tenía razón al decir que las buenas leyes generan buenos hábitos, y los buenos hábitos buenas leyes; hay que promover este círculo virtuoso.
EEUU carece de contrapoder; es peligroso para el mundo esta falta de equilibrios. Los pequeños países deberían aliarse: a la Unión Europea no le queda más remedio y cada vez verá más necesaria su vocación de contrapoder.
Los Gobiernos han de crear redes de control de las grandes corporaciones multinacionales y obligarlas a jugar con determinadas reglas, no dejar que ellas las impongan.
La globalización no es compatible con el protectorismo y las enormes subvenciones de los países ricos a sus sectores agrarios o manufactureros al mismo tiempo que obligan a los pobres a abrir sus mercados.
Hay tres principios básicos en democracia: elecciones por un periodo limitado, separación de poderes y estado de derecho aplicable a todo el mundo.
¿Creará y financiará Zapatero la red de asociaciones, entes de control independiente, medios de comunicación críticos y voces discrepantes que el modelo de Pettit requiere?
“Le dije a Zapatero en público y también en privado que lo que requiere su gobierno es humildad, la suficiente como para crear los mecanismos sociales de control, y no sólo darles apoyo económico y legal, sino hacerlos realmente independientes y fuertes, y aceptar con humildad que esos cuerpos que han ayudado a crear se conviertan en sus peores críticos, los más duros”, explica Pettit a la prensa española.
“La respuesta que me dio el presidente fue que me invita a Madrid a que examine su gobierno dentro de tres años, seis meses antes de las próximas elecciones, para comprobar si ha sido fiel a estas ideas”, y añade: “un compromiso muy valiente y muy bello”.
La segunda mitad de julio ha sido intensa para Philip Pettit a su paso por España: cursos en El Escorial y conferencias en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. El autor de Republicanismo ha adquirido fama en el país porque el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, lo considera uno de sus referentes ideológicos. Pero, ¿cuál es la ideología que propone este profesor de Teoría Política y Filosofía en Princetown, EEUU?
“Republicanismo”: propugna que las personas son ciudadanos, no súbditos, y que por lo tanto nadie tiene derecho a decidir sobre la vida o libertad de otra persona
El Estado tiene el poder, precisamente para evitar que unos fuertes tomen como súbditos a unos débiles. ¿Pero quién limita el poder del Estado para que no sea despótico? Pues los medios de comunicación libres, la transparencia informativa y los ciudadanos a través de movimientos sociales y organizaciones, que se dejan oír en los medios de comunicación.
Es importante que el Estado garantice y promueva la libertad e independencia de los medios y también de las asociaciones y ONGs, que haya voces discordantes. Serán los mecanismos de control al poder. La TV, la prensa, ha de ser monitorizada por entes independientes, los mandatos de los directores de la TV no han de coincidir con los cambios de gobierno. Las instituciones públicas han de recoger “el sentir de la otra parte”.
La tradición republicanista es el federalismo, no el jacobinismo francés. La idea de Rousseau (tomada de absolutistas como Bodin o Hobbes) de que hay una voz monolítica del pueblo soberano es desastrosa: la voz del pueblo es plural, son muchas voces que deben poder expresarse, y el poder ha de tender a estar dividido, siempre en un proceso de control y equilibrio.
El republicanismo no es incompatible con la monarquía: Rousseau acertaba al decir que una monarquía en la que el Rey se somete a la ley y hay un Estado de Derecho debe ser llamada república. Lo importante es la libertad, y libertad es no ser súbdito de nadie.
El Maquiavelo de los Discursos (no el de El príncipe), tenía razón al decir que las buenas leyes generan buenos hábitos, y los buenos hábitos buenas leyes; hay que promover este círculo virtuoso.
EEUU carece de contrapoder; es peligroso para el mundo esta falta de equilibrios. Los pequeños países deberían aliarse: a la Unión Europea no le queda más remedio y cada vez verá más necesaria su vocación de contrapoder.
Los Gobiernos han de crear redes de control de las grandes corporaciones multinacionales y obligarlas a jugar con determinadas reglas, no dejar que ellas las impongan.
La globalización no es compatible con el protectorismo y las enormes subvenciones de los países ricos a sus sectores agrarios o manufactureros al mismo tiempo que obligan a los pobres a abrir sus mercados.
Hay tres principios básicos en democracia: elecciones por un periodo limitado, separación de poderes y estado de derecho aplicable a todo el mundo.
¿Creará y financiará Zapatero la red de asociaciones, entes de control independiente, medios de comunicación críticos y voces discrepantes que el modelo de Pettit requiere?
“Le dije a Zapatero en público y también en privado que lo que requiere su gobierno es humildad, la suficiente como para crear los mecanismos sociales de control, y no sólo darles apoyo económico y legal, sino hacerlos realmente independientes y fuertes, y aceptar con humildad que esos cuerpos que han ayudado a crear se conviertan en sus peores críticos, los más duros”, explica Pettit a la prensa española.
“La respuesta que me dio el presidente fue que me invita a Madrid a que examine su gobierno dentro de tres años, seis meses antes de las próximas elecciones, para comprobar si ha sido fiel a estas ideas”, y añade: “un compromiso muy valiente y muy bello”.
miércoles, 29 de octubre de 2008
Nuestro concepto de asociacion
En ACCION CIUDADANA la democracia es el eje de la participación, nuestra estructura permite que el movimiento sea políticamente horizontal y cualquier persona que pertenezca a ella puede tomar parte en sus decisiones. Por eso uno de nuestros principios es el de la democracia interna.
ACCION CIUDADANA es una gran oportunidad para las personas con grandes iniciativas y compromiso por nuestra ciudad, San Vicent del Raspeig. Los miembros de Acción Ciudadana, al participar de los procesos sociales de la ciudad, viven la democracia de forma permanente y, sobretodo, quieren recuperarla de la mano de los politiqueros que actualmente gobiernan nuestros designios.
Para participar, contacta con nosotros en nuestro e-mail: asc.accionciudadana@hotmail.com
ACCION CIUDADANA es una gran oportunidad para las personas con grandes iniciativas y compromiso por nuestra ciudad, San Vicent del Raspeig. Los miembros de Acción Ciudadana, al participar de los procesos sociales de la ciudad, viven la democracia de forma permanente y, sobretodo, quieren recuperarla de la mano de los politiqueros que actualmente gobiernan nuestros designios.
Para participar, contacta con nosotros en nuestro e-mail: asc.accionciudadana@hotmail.com
martes, 28 de octubre de 2008
Temas de agenda: Violencia de género
VIOLENCIA DE GÉNERO: SEAMOS RIGUROSOS
Hace unas semanas, el semanario Raspeig, publicó un artículo de opinión sobre un caso concreto de violencia de género en San Vicente. Me resulta increíble observar que un tema tan delicado pueda ser abordado desde una perspectiva basada única y exclusivamente en los sentimientos y emociones, por tanto subjetivos, de una de las, a priori, partes implicadas. En este sentido me gustaría poder aportar algunas cuestiones sobre el tema, con el objetivo de que podamos reflexionar sobre este problema social, tan complejo y en la mayoría de ocasiones difícil de identificar.
En primer lugar hemos de considerar, respecto al maltratador, como señala Luis Bonino (psicoterapeuta especializado del Centro de Estudios de la Condición Masculina de Madrid) que existen diferentes perfiles, y que «Lo único que tienen en común es que son hombres y que tienen muy interiorizada la idea de que la mujer está a su disponibilidad». Según asimilen más o menos esta idea se convertirán en un tipo diferente de agresor: asesinos, violentos físicos o psicológicos, controladores…
Otra cuestión importante es que la mayoría no son agresivos de forma habitual. Ejercen su violencia de forma selectiva, sólo con su mujer. Por eso es tan difícil reconocerlos. Además, desarrollan una especie de doble personalidad «hacen lo que corresponde hacer a un hombre cuando están en público: tratar bien a su mujer e hijos; pero son unos tiranos en privado». Además suelen presentarse a sí mismos como víctimas. «Discutimos y ella me dijo que no aguantaba más y que se iba. Yo la empujé y se cayó». «Tuvimos un desencuentro, le grité y se asustó», «me provocó», «si se hubiese quedado callada no habría pasado nada», dicen otros. Por su parte, Angeles Alvarez Alvarez, señala algunas pistas, entre otras, para poder identificarlos: Atribuye el problema a la propia conducta de la víctima, a la familia, el trabajo, la situación socioeconómica; representa una imagen social opuesta a la que tiene en el ámbito privado; fuera de casa puede ser educado, alegre, amable, seductor, solidario, atento, respetuoso; tiende a manipular e intenta seducir a los profesionales con su juego de doble fachada, así como a personas del entorno. El maltratador utiliza una serie de mecanismos de defensa, para justificar su conducta: fundamentan los ataques de forma que parezca que está bien lo que hizo; racionalizan coherentemente conductas y hechos. La explicación real y la motivación de las mismas no serían admitidas por la instancia moral de la personalidad si el entorno social no admitiese esos comportamientos como legítimos; proyectan la responsabilidad de las conductas violentas en la víctima.
El artículo que comento, me inspiró una serie de reflexiones que se pueden resolver con las explicaciones anteriores. En dicho artículo se cargan las tintas contra la víctima, reconocida por sentencia judicial, atribuyéndole una conducta moral reprochable (sale con amigas y amigos, vive una vida antes desconocida para ella), como si la mujer no tuviese la libertad para elegir su propio camino. Es, lo mires como lo mires, un pensamiento machista. Además se atribuyen a la víctima una serie de intenciones oscuras de tipo material, cuando en cualquier juicio de estas características, el juez siempre decidirá a favor de la parte más vulnerable, independientemente de la nacionalidad y origen de las personas, porque esa es otra. ¿Cual es la intención de este señor cuando resalta “de color, de un país caribeño y un español”. Nuestra constitución establece claramente la igualdad y el principio de no discriminación por estas cuestiones (art. 14).
Para una adecuada convivencia no hay nada mejor que predicar con el ejemplo, sin provocar situaciones de rechazo y persecución a nuestros propios vecinos/as. Resulta demagógico plantear la vida en términos dicotómicos “los buenos y lo malos”, puesto que en esta vida llena de oportunidades para disfrutar en plenitud, todos podemos cometer errores y aciertos. Incluso usted.
Manuel Andrés Martínez Sánchez
Hace unas semanas, el semanario Raspeig, publicó un artículo de opinión sobre un caso concreto de violencia de género en San Vicente. Me resulta increíble observar que un tema tan delicado pueda ser abordado desde una perspectiva basada única y exclusivamente en los sentimientos y emociones, por tanto subjetivos, de una de las, a priori, partes implicadas. En este sentido me gustaría poder aportar algunas cuestiones sobre el tema, con el objetivo de que podamos reflexionar sobre este problema social, tan complejo y en la mayoría de ocasiones difícil de identificar.
En primer lugar hemos de considerar, respecto al maltratador, como señala Luis Bonino (psicoterapeuta especializado del Centro de Estudios de la Condición Masculina de Madrid) que existen diferentes perfiles, y que «Lo único que tienen en común es que son hombres y que tienen muy interiorizada la idea de que la mujer está a su disponibilidad». Según asimilen más o menos esta idea se convertirán en un tipo diferente de agresor: asesinos, violentos físicos o psicológicos, controladores…
Otra cuestión importante es que la mayoría no son agresivos de forma habitual. Ejercen su violencia de forma selectiva, sólo con su mujer. Por eso es tan difícil reconocerlos. Además, desarrollan una especie de doble personalidad «hacen lo que corresponde hacer a un hombre cuando están en público: tratar bien a su mujer e hijos; pero son unos tiranos en privado». Además suelen presentarse a sí mismos como víctimas. «Discutimos y ella me dijo que no aguantaba más y que se iba. Yo la empujé y se cayó». «Tuvimos un desencuentro, le grité y se asustó», «me provocó», «si se hubiese quedado callada no habría pasado nada», dicen otros. Por su parte, Angeles Alvarez Alvarez, señala algunas pistas, entre otras, para poder identificarlos: Atribuye el problema a la propia conducta de la víctima, a la familia, el trabajo, la situación socioeconómica; representa una imagen social opuesta a la que tiene en el ámbito privado; fuera de casa puede ser educado, alegre, amable, seductor, solidario, atento, respetuoso; tiende a manipular e intenta seducir a los profesionales con su juego de doble fachada, así como a personas del entorno. El maltratador utiliza una serie de mecanismos de defensa, para justificar su conducta: fundamentan los ataques de forma que parezca que está bien lo que hizo; racionalizan coherentemente conductas y hechos. La explicación real y la motivación de las mismas no serían admitidas por la instancia moral de la personalidad si el entorno social no admitiese esos comportamientos como legítimos; proyectan la responsabilidad de las conductas violentas en la víctima.
El artículo que comento, me inspiró una serie de reflexiones que se pueden resolver con las explicaciones anteriores. En dicho artículo se cargan las tintas contra la víctima, reconocida por sentencia judicial, atribuyéndole una conducta moral reprochable (sale con amigas y amigos, vive una vida antes desconocida para ella), como si la mujer no tuviese la libertad para elegir su propio camino. Es, lo mires como lo mires, un pensamiento machista. Además se atribuyen a la víctima una serie de intenciones oscuras de tipo material, cuando en cualquier juicio de estas características, el juez siempre decidirá a favor de la parte más vulnerable, independientemente de la nacionalidad y origen de las personas, porque esa es otra. ¿Cual es la intención de este señor cuando resalta “de color, de un país caribeño y un español”. Nuestra constitución establece claramente la igualdad y el principio de no discriminación por estas cuestiones (art. 14).
Para una adecuada convivencia no hay nada mejor que predicar con el ejemplo, sin provocar situaciones de rechazo y persecución a nuestros propios vecinos/as. Resulta demagógico plantear la vida en términos dicotómicos “los buenos y lo malos”, puesto que en esta vida llena de oportunidades para disfrutar en plenitud, todos podemos cometer errores y aciertos. Incluso usted.
Manuel Andrés Martínez Sánchez
Artículo de opinión: "El verdadero culpable de la crisis"
¿QUIEN ES CULPABLE DE LA CRISIS ECONOMICA?
España al salir de la Guerra Civil, se encontraba con todos sus estamentos tocados, unos, devastados otros, siendo el aparato productivo uno de los más perjudicados.
El estado, al mando de las huestes de Franco asumió la tarea de “reconstruir”en el país todo lo que un incipiente capitalismo industrial había logrado de manera tardía en comparación con las demás naciones, todo aquello en medio del inicio de la destrucción del resto de Europa por efecto de la Segunda Guerra Mundial.
Logrando eludir no sin “habilidad reconocida”los compromisos de alianzas militares con el resto del Eje, en devolución a servicios prestados, la tarea de poner en funcionamiento un país en las condiciones en que quedó España era una labor de una magnitud “histórica”, si algún calificativo complaciente usáramos. Una labor ideal para una dictadura ansiosa de aceptación y una imagen de cara lavada, pero en condiciones especiales de apartar todas las opiniones no suyas, para lograr la exclusividad de los reconocimientos, como si las responsabilidades de un gobierno deben escapar al natural deber de su trabajo para entrar en el campo de la predestinación divina a tan altos sacrificios personales.
Los españoles a través de casi cuatro décadas aportaron el esfuerzo de sus vidas en construir un estado aparentemente fuerte, dueño de las principales estructuras económicas de base, sostenidas en pié a cualquier precio, en un marco ajeno al sistema democrático, que es hasta ahora el único que garantiza el desarrollo capitalista. España, hasta el fin del Franquismo, pretendió tener capitalismo sin democracia, acumulando distorsiones significativas de manera crónica tras la utilización de un caudal de recursos nunca cuantificado procedente del estado, o sea de cada español o habitante de éste país, y pese a todo ello el Franquismo ha sido un régimen que ha muerto de inanición, no tuvo las condiciones de sostenibilidad para sobrevivir mas allá de la existencia física de su caudillo, por más que se hayan empeñado sus pretendidos continuadoresEmpresas que desde siempre fueron deficitarias aún al abrigo del monopolismo garantizado pasaron a ser privatizadas a “buen precio”, con un extenso patrimonio pero con sus estamentos directivos originarios intocados, y en muchos casos blindados, a partir del período político de la” Transición”, coronado en la actualidad por la presencia en los ambientes especulativos de la bolsa. Aún quedan en manos estatales recursos empresariales heredados de la época autárquica, correctamente gestionados, que por la extensión de su patrimonio o lo estratégico de sus funciones su traspaso al sector privado resulta particularmente delicado en condiciones mínimamente decentes.
El estado ha pasado de ser dueño de importantes medios de producción a tener un papel lógico de regulador, es el empresario privado en una economía abierta como ésta, quien en última instancia tiene toda la responsabilidad de la productividad o no de su empresa, mediante la seria utilización de los medios de gestión. Hay evidentes deficiencias en el funcionamiento del sector dirigencial empresarial a nivel estratégico como estructura de conjunto, produciendo un vacío de políticas a nivel privado de alto nivel que se reflejan en los resultados de una economía competitiva, enfocada mayormente hacia adentro. Las crisis en la economía, como la fiebre en los seres vivos son necesarios, avisan la presencia de la enfermedad.
Las crisis cíclicas parecen ser un mecanismo natural de reajuste de la economía, una señal ante un malfuncionamiento o el indicador de que algún componente del proceso sencillamente ha perdido ya su vida útil. Siempre existirán las crisis, lo que cuenta es la capacidad de previsión consecuencia de una adecuada planificación, y ello implica una actuación conjunta de los sectores económicos y políticos, cada uno en su área, pero apuntando en una dirección, como corresponde en una economía abierta, pero traducidos en objetivos generales.
Hay que observar que empresas españolas han tenido a su disposición mano de obra abundante y barata durante mucho tiempo, los niveles salariales siempre han estado por debajo de los que se pagan en otras economías más eficientes y productivas. La competencia hoy en día exige una continua optimización en la gestión sobre todo de los recursos humanos en todos los aspectos, a fin de imprimir una dinámica de adaptabilidad constante y por tanto capacidad de supervivencia.
Los bajos niveles de salarios han producido unas condiciones especiales en un actor de primer orden en el proceso económico, que es el CONSUMIDOR, que es quien paga por los bienes y servicios que actualmente se ofertan de forma masiva en cantidad, procedencia y variedad.
Hace mucho que el consumo en España es financiado mayormente por el crédito debido a los exiguos salarios. Pero en especial hay un producto cuyo consumo es obligatorio y de primaria necesidad, el de la vivienda, que por su costo financiero absorbe la capacidad adquisitiva de las familias consumidoras durante décadas de trabajo, haciendo casi imposible adquirir otros bienes y servicios.
El gran beneficiario de todo éste proceso ha sido el sector inmobiliario y sus adyacentes, en perjuicio de toda la restante oferta de consumo. Ya el nivel de 800 o 900 euros promedio de salario “decente” no da para sostener una economía como ésta por más tiempo.
El aumento de los tipos de interés ha sido un mensaje para que el empresariado español entienda que no se debe de seguir abusando del crédito para presentar el estado de aparente bonanza que justificara el “España iba bien” de los que ahora dicen que “Zapatero es el culpable”, ciegos ante la realidad de que el estado no es el de antes.
Todos los sectores tienen su responsabilidad y el empresariado debe asumir la que le corresponde en éste tipo de economía, el gobierno debe de señalar públicamente como pide la oposición, la función de cada uno. Se debería recordar a la ciudadanía en qué tipo de régimen económico vivimos, así como educar en el ahorro de los recursos que como el energético pesan demasiado en los indicadores que se manejan, ya que la desorientación informativa continua nos ubica fuera de contexto histórico, a conveniencia.
Otro aspecto que no debe perderse de vista es que los aumentos de los tipos de interés, inflará el monto de las deudas de los consumidores a unos niveles que generará ganancias groseras para las instituciones bancarias, inflando los beneficios, pero claro con recursos que serán producidos por los trabajadores los próximos treinta o cuarenta años, o sea que actualmente no existen, produciendo un estado “virtual” de beneficios, característico del predominio de la especulación.
Todo esto conforma un panorama complicado, ya que cualquier medida por efectiva que sea no tendrá efecto significativo a corto plazo, escapando incluso de sincronización con el tiempo que habilita el sistema electoral a un gobierno. No solo es el gobierno el llamado a tomar medidas, el sector empresarial es responsable de su cuota.
Por: Alberto F. Gonzálvez García
España al salir de la Guerra Civil, se encontraba con todos sus estamentos tocados, unos, devastados otros, siendo el aparato productivo uno de los más perjudicados.
El estado, al mando de las huestes de Franco asumió la tarea de “reconstruir”en el país todo lo que un incipiente capitalismo industrial había logrado de manera tardía en comparación con las demás naciones, todo aquello en medio del inicio de la destrucción del resto de Europa por efecto de la Segunda Guerra Mundial.
Logrando eludir no sin “habilidad reconocida”los compromisos de alianzas militares con el resto del Eje, en devolución a servicios prestados, la tarea de poner en funcionamiento un país en las condiciones en que quedó España era una labor de una magnitud “histórica”, si algún calificativo complaciente usáramos. Una labor ideal para una dictadura ansiosa de aceptación y una imagen de cara lavada, pero en condiciones especiales de apartar todas las opiniones no suyas, para lograr la exclusividad de los reconocimientos, como si las responsabilidades de un gobierno deben escapar al natural deber de su trabajo para entrar en el campo de la predestinación divina a tan altos sacrificios personales.
Los españoles a través de casi cuatro décadas aportaron el esfuerzo de sus vidas en construir un estado aparentemente fuerte, dueño de las principales estructuras económicas de base, sostenidas en pié a cualquier precio, en un marco ajeno al sistema democrático, que es hasta ahora el único que garantiza el desarrollo capitalista. España, hasta el fin del Franquismo, pretendió tener capitalismo sin democracia, acumulando distorsiones significativas de manera crónica tras la utilización de un caudal de recursos nunca cuantificado procedente del estado, o sea de cada español o habitante de éste país, y pese a todo ello el Franquismo ha sido un régimen que ha muerto de inanición, no tuvo las condiciones de sostenibilidad para sobrevivir mas allá de la existencia física de su caudillo, por más que se hayan empeñado sus pretendidos continuadoresEmpresas que desde siempre fueron deficitarias aún al abrigo del monopolismo garantizado pasaron a ser privatizadas a “buen precio”, con un extenso patrimonio pero con sus estamentos directivos originarios intocados, y en muchos casos blindados, a partir del período político de la” Transición”, coronado en la actualidad por la presencia en los ambientes especulativos de la bolsa. Aún quedan en manos estatales recursos empresariales heredados de la época autárquica, correctamente gestionados, que por la extensión de su patrimonio o lo estratégico de sus funciones su traspaso al sector privado resulta particularmente delicado en condiciones mínimamente decentes.
El estado ha pasado de ser dueño de importantes medios de producción a tener un papel lógico de regulador, es el empresario privado en una economía abierta como ésta, quien en última instancia tiene toda la responsabilidad de la productividad o no de su empresa, mediante la seria utilización de los medios de gestión. Hay evidentes deficiencias en el funcionamiento del sector dirigencial empresarial a nivel estratégico como estructura de conjunto, produciendo un vacío de políticas a nivel privado de alto nivel que se reflejan en los resultados de una economía competitiva, enfocada mayormente hacia adentro. Las crisis en la economía, como la fiebre en los seres vivos son necesarios, avisan la presencia de la enfermedad.
Las crisis cíclicas parecen ser un mecanismo natural de reajuste de la economía, una señal ante un malfuncionamiento o el indicador de que algún componente del proceso sencillamente ha perdido ya su vida útil. Siempre existirán las crisis, lo que cuenta es la capacidad de previsión consecuencia de una adecuada planificación, y ello implica una actuación conjunta de los sectores económicos y políticos, cada uno en su área, pero apuntando en una dirección, como corresponde en una economía abierta, pero traducidos en objetivos generales.
Hay que observar que empresas españolas han tenido a su disposición mano de obra abundante y barata durante mucho tiempo, los niveles salariales siempre han estado por debajo de los que se pagan en otras economías más eficientes y productivas. La competencia hoy en día exige una continua optimización en la gestión sobre todo de los recursos humanos en todos los aspectos, a fin de imprimir una dinámica de adaptabilidad constante y por tanto capacidad de supervivencia.
Los bajos niveles de salarios han producido unas condiciones especiales en un actor de primer orden en el proceso económico, que es el CONSUMIDOR, que es quien paga por los bienes y servicios que actualmente se ofertan de forma masiva en cantidad, procedencia y variedad.
Hace mucho que el consumo en España es financiado mayormente por el crédito debido a los exiguos salarios. Pero en especial hay un producto cuyo consumo es obligatorio y de primaria necesidad, el de la vivienda, que por su costo financiero absorbe la capacidad adquisitiva de las familias consumidoras durante décadas de trabajo, haciendo casi imposible adquirir otros bienes y servicios.
El gran beneficiario de todo éste proceso ha sido el sector inmobiliario y sus adyacentes, en perjuicio de toda la restante oferta de consumo. Ya el nivel de 800 o 900 euros promedio de salario “decente” no da para sostener una economía como ésta por más tiempo.
El aumento de los tipos de interés ha sido un mensaje para que el empresariado español entienda que no se debe de seguir abusando del crédito para presentar el estado de aparente bonanza que justificara el “España iba bien” de los que ahora dicen que “Zapatero es el culpable”, ciegos ante la realidad de que el estado no es el de antes.
Todos los sectores tienen su responsabilidad y el empresariado debe asumir la que le corresponde en éste tipo de economía, el gobierno debe de señalar públicamente como pide la oposición, la función de cada uno. Se debería recordar a la ciudadanía en qué tipo de régimen económico vivimos, así como educar en el ahorro de los recursos que como el energético pesan demasiado en los indicadores que se manejan, ya que la desorientación informativa continua nos ubica fuera de contexto histórico, a conveniencia.
Otro aspecto que no debe perderse de vista es que los aumentos de los tipos de interés, inflará el monto de las deudas de los consumidores a unos niveles que generará ganancias groseras para las instituciones bancarias, inflando los beneficios, pero claro con recursos que serán producidos por los trabajadores los próximos treinta o cuarenta años, o sea que actualmente no existen, produciendo un estado “virtual” de beneficios, característico del predominio de la especulación.
Todo esto conforma un panorama complicado, ya que cualquier medida por efectiva que sea no tendrá efecto significativo a corto plazo, escapando incluso de sincronización con el tiempo que habilita el sistema electoral a un gobierno. No solo es el gobierno el llamado a tomar medidas, el sector empresarial es responsable de su cuota.
Por: Alberto F. Gonzálvez García
Artículo de Opinión: Ley de Dependencia
BOICOT A LOS/AS CIUDADANOS/AS
En 2007 fuimos espectadores de un hito histórico en la respuesta a las necesidades de los colectivos más vulnerables de nuestra sociedad, con la formulación y aprobación de la Ley para la promoción de la autonomía y desarrollo personal de personas en situación de dependencia.
Una Ley sobradamente fundamentada, coherente en sus principios y actuaciones previstas y, progresista, por lo que supone en el avance para el reconocimiento de derechos sociales. Porque la Ley, no sólo redunda en las personas dependientes sino que además aporta un valor añadido a la calidad de vida de los/as familiares/cuidadores/as que hasta ahora asumen el coste emocional y material que por ley, éste último, es responsabilidad pública.
Ahora bien, esta Ley, progresista, avanzada, producto de sociedades prósperas, avanzadas y en las que la solidaridad es un valor que guía a la acción pública, en la Comunidad Valenciana está siendo boicoteada. Y todo se reduce a una cuestión de voluntad política. En este sentido cabría preguntar por qué el Gobierno de la Generalitat Valenciana no quiere desarrollar e implantar la Ley en nuestro territorio, adoptando una postura victimista y justificándose con pretextos que rozan la desfachatez, y que nos hacen pensar que consideran a los ciudadanos algo así como “cortitos de entendederas”: “(...) la gran avalancha de solicitudes (...), “(...) el sistema informático del Ministerio que no funciona (...)”
Pero lo cierto, y datos hay de sobra, es que no hay voluntad política, en un nuevo intento del gobierno valenciano de hacer oposición. Lo cierto es que la administración central ha cumplido su compromiso de cofinanciación. Lo cierto es que en otras comunidades autónomas la Ley se está aplicando, e incluso hay algunas en las que se están cumpliendo los plazos de aplicación que marcó el Ministerio. Lo cieto es que la Generalitat no ha contratado a los valoradores que debía contratar para hacer frente al volumen de demandas que estaban previstas. Lo cierto es que las valoraciones y resoluciones (escasas por cierto) se dilatan en el tiempo porque no hay compromiso por parte de este gobierno valenciano ni con las familias ni con las personas más vulnerables. Lo cierto es que exigen tanta documentación y tanto trámite que todavía hace que se retrase más la posible prestación. Lo cierto es que otros proyectos más costosos y menos rentables socialmente se piensan y se ejecutan sin tanta justificación. Lo cierto es que la Ley de Dependencia no se inaugura como la Amarica´s Cup, y por tanto no hay fotos rodeados de la “jet”. Lo cierto es que ningún responsable de la Consellería de Bienestar Social ha salido a la palestra a dar la cara, con una respuesta fundamentada, entre otras, cosas porque no la hay. Lo cierto es que el Gobierno valenciano sigue con su estrategia meramente política y resultadista de invisibilizar los déficits en la gestión de lo público, de lo social, de lo sanitario, de la educación, en definitiva, las carencias en los pilares del bienestar social, centrando todos sus esfuerzos en proyectos faraónicos, que tal vez algún día, sepamos cuanto nos han costado a los ciudadanos y en qué situación económica han dejado las arcas públicas (que también son nuestras). Y sobre todo, tendrían que explicarnos por qué priorizan su estrategia de oposición al gobierno central desde la Comunitat Valenciana, en lugar de asumir y ocuparse de las competencias que le corresponden. Más bien, huele a posicionamiento para la sucesión.
En 2007 fuimos espectadores de un hito histórico en la respuesta a las necesidades de los colectivos más vulnerables de nuestra sociedad, con la formulación y aprobación de la Ley para la promoción de la autonomía y desarrollo personal de personas en situación de dependencia.
Una Ley sobradamente fundamentada, coherente en sus principios y actuaciones previstas y, progresista, por lo que supone en el avance para el reconocimiento de derechos sociales. Porque la Ley, no sólo redunda en las personas dependientes sino que además aporta un valor añadido a la calidad de vida de los/as familiares/cuidadores/as que hasta ahora asumen el coste emocional y material que por ley, éste último, es responsabilidad pública.
Ahora bien, esta Ley, progresista, avanzada, producto de sociedades prósperas, avanzadas y en las que la solidaridad es un valor que guía a la acción pública, en la Comunidad Valenciana está siendo boicoteada. Y todo se reduce a una cuestión de voluntad política. En este sentido cabría preguntar por qué el Gobierno de la Generalitat Valenciana no quiere desarrollar e implantar la Ley en nuestro territorio, adoptando una postura victimista y justificándose con pretextos que rozan la desfachatez, y que nos hacen pensar que consideran a los ciudadanos algo así como “cortitos de entendederas”: “(...) la gran avalancha de solicitudes (...), “(...) el sistema informático del Ministerio que no funciona (...)”
Pero lo cierto, y datos hay de sobra, es que no hay voluntad política, en un nuevo intento del gobierno valenciano de hacer oposición. Lo cierto es que la administración central ha cumplido su compromiso de cofinanciación. Lo cierto es que en otras comunidades autónomas la Ley se está aplicando, e incluso hay algunas en las que se están cumpliendo los plazos de aplicación que marcó el Ministerio. Lo cieto es que la Generalitat no ha contratado a los valoradores que debía contratar para hacer frente al volumen de demandas que estaban previstas. Lo cierto es que las valoraciones y resoluciones (escasas por cierto) se dilatan en el tiempo porque no hay compromiso por parte de este gobierno valenciano ni con las familias ni con las personas más vulnerables. Lo cierto es que exigen tanta documentación y tanto trámite que todavía hace que se retrase más la posible prestación. Lo cierto es que otros proyectos más costosos y menos rentables socialmente se piensan y se ejecutan sin tanta justificación. Lo cierto es que la Ley de Dependencia no se inaugura como la Amarica´s Cup, y por tanto no hay fotos rodeados de la “jet”. Lo cierto es que ningún responsable de la Consellería de Bienestar Social ha salido a la palestra a dar la cara, con una respuesta fundamentada, entre otras, cosas porque no la hay. Lo cierto es que el Gobierno valenciano sigue con su estrategia meramente política y resultadista de invisibilizar los déficits en la gestión de lo público, de lo social, de lo sanitario, de la educación, en definitiva, las carencias en los pilares del bienestar social, centrando todos sus esfuerzos en proyectos faraónicos, que tal vez algún día, sepamos cuanto nos han costado a los ciudadanos y en qué situación económica han dejado las arcas públicas (que también son nuestras). Y sobre todo, tendrían que explicarnos por qué priorizan su estrategia de oposición al gobierno central desde la Comunitat Valenciana, en lugar de asumir y ocuparse de las competencias que le corresponden. Más bien, huele a posicionamiento para la sucesión.
Manuel Andrés Martínez Sánchez
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