jueves, 6 de noviembre de 2008

El Republicanismo Cívico de Philip Pettit

El filósofo y politólogo irlandés propone un sistema político de “checks and balances” (controles y equilibrios) al estilo federalista, no al francés

La segunda mitad de julio ha sido intensa para Philip Pettit a su paso por España: cursos en El Escorial y conferencias en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. El autor de Republicanismo ha adquirido fama en el país porque el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, lo considera uno de sus referentes ideológicos. Pero, ¿cuál es la ideología que propone este profesor de Teoría Política y Filosofía en Princetown, EEUU?


“Republicanismo”: propugna que las personas son ciudadanos, no súbditos, y que por lo tanto nadie tiene derecho a decidir sobre la vida o libertad de otra persona
El Estado tiene el poder, precisamente para evitar que unos fuertes tomen como súbditos a unos débiles. ¿Pero quién limita el poder del Estado para que no sea despótico? Pues los medios de comunicación libres, la transparencia informativa y los ciudadanos a través de movimientos sociales y organizaciones, que se dejan oír en los medios de comunicación.
Es importante que el Estado garantice y promueva la libertad e independencia de los medios y también de las asociaciones y ONGs, que haya voces discordantes. Serán los mecanismos de control al poder. La TV, la prensa, ha de ser monitorizada por entes independientes, los mandatos de los directores de la TV no han de coincidir con los cambios de gobierno. Las instituciones públicas han de recoger “el sentir de la otra parte”.
La tradición republicanista es el federalismo, no el jacobinismo francés. La idea de Rousseau (tomada de absolutistas como Bodin o Hobbes) de que hay una voz monolítica del pueblo soberano es desastrosa: la voz del pueblo es plural, son muchas voces que deben poder expresarse, y el poder ha de tender a estar dividido, siempre en un proceso de control y equilibrio.
El republicanismo no es incompatible con la monarquía: Rousseau acertaba al decir que una monarquía en la que el Rey se somete a la ley y hay un Estado de Derecho debe ser llamada república. Lo importante es la libertad, y libertad es no ser súbdito de nadie.
El Maquiavelo de los Discursos (no el de El príncipe), tenía razón al decir que las buenas leyes generan buenos hábitos, y los buenos hábitos buenas leyes; hay que promover este círculo virtuoso.
EEUU carece de contrapoder; es peligroso para el mundo esta falta de equilibrios. Los pequeños países deberían aliarse: a la Unión Europea no le queda más remedio y cada vez verá más necesaria su vocación de contrapoder.
Los Gobiernos han de crear redes de control de las grandes corporaciones multinacionales y obligarlas a jugar con determinadas reglas, no dejar que ellas las impongan.
La globalización no es compatible con el protectorismo y las enormes subvenciones de los países ricos a sus sectores agrarios o manufactureros al mismo tiempo que obligan a los pobres a abrir sus mercados.
Hay tres principios básicos en democracia: elecciones por un periodo limitado, separación de poderes y estado de derecho aplicable a todo el mundo.

¿Creará y financiará Zapatero la red de asociaciones, entes de control independiente, medios de comunicación críticos y voces discrepantes que el modelo de Pettit requiere?

“Le dije a Zapatero en público y también en privado que lo que requiere su gobierno es humildad, la suficiente como para crear los mecanismos sociales de control, y no sólo darles apoyo económico y legal, sino hacerlos realmente independientes y fuertes, y aceptar con humildad que esos cuerpos que han ayudado a crear se conviertan en sus peores críticos, los más duros”, explica Pettit a la prensa española.

“La respuesta que me dio el presidente fue que me invita a Madrid a que examine su gobierno dentro de tres años, seis meses antes de las próximas elecciones, para comprobar si ha sido fiel a estas ideas”, y añade: “un compromiso muy valiente y muy bello”.

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